MANIFIESTO ALMUERZO

Abrazamos la libertad

Nuestro festival nace desde el respeto a todas las identidades, culturas, géneros y formas de ser. Celebramos la diferencia como motor de creación colectiva. Aquí, nadie sobra.

Libres para bailar

Defendemos la libertad de expresión y de movimiento. Este es un espacio seguro donde cada cuerpo y cada gesto tiene su lugar. Queremos que te sientas libre para ser tú, sin miedo, sin juicio.

Medio rural, medio vivo

El entorno que nos acoge es sagrado. Escuchamos la tierra, dialogamos con el paisaje y trabajamos desde el cuidado. El festival no es una invasión, sino una conversación con el territorio

Una actuación artistica, merece respeto

Cada artista que pisa nuestro escenario ha preparado algo único. Pedir canciones, interrumpir o exigir desde el público rompe el momento sagrado de la creación. Respetamos el viaje sonoro y emocional que nos proponen. Escuchar también es parte de la fiesta.

Energía consciente

La música nos mueve, pero no todo vale. Apostamos por una producción sostenible, respetuosa con el medioambiente y con las personas que lo habitan. La fiesta también puede ser ética.

Respeto real

No es no. Y el respeto no se negocia. Nos cuidamos colectivamente, vigilamos nuestras acciones y denunciamos cualquier comportamiento que atente contra la integridad de las personas. El consentimiento es la base.

Zonas de encuentro

Creamos espacios donde compartir, descansar, crear y aprender. Más allá del escenario, queremos construir comunidad. Talleres, conversaciones, comida, afectos. Que el festival también sea un refugio.

Otro mundo es posible

Lo que aquí sembramos puede florecer fuera. Esta experiencia es una semilla para transformar nuestras realidades, desde lo pequeño, desde lo cotidiano. Que la utopía suene fuerte, y que se baile.